¿Alguna vez has sentido que el corazón de pronto se te acelera o da un salto?
¿Te ha pasado esto cuando vez, oyes o siquiera te llega un mensaje de esa persona? ¿Cuando alguien menciona su nombre se te escapa una sonrisa y tu corazón da un pequeño brinquito?
Pues más o menos así lo que le sucede al Corazón de Jesús...
Él está ahí y late a cada instante por ti, cuando tú no te das cuenta, cuando estas ocupado, cuando duermes, incluso cuando pecas, Él sigue latiendo por ti, a cada instante, con la rítmica tonada de un corazón como el mio, como el tuyo...
¡Mas de pronto su corazón pega un salto! El Sacratísimo y herido corazón se detiene y acelera al mismo tiempo en cuanto te detienes un instante a contemplarlo.
Esta demás decir que te ama, pues te ama; pero no solo eso, Él te ama como si fueras la única persona del universo, con un amor inconmensurable, un amor que abarca al mundo entero y al mismo tiempo te ama solo a ti.
Tú y solo tú haces estremecer al Corazón de Jesús; tú y solo tú lo haces vibrar de amor al punto de sobresaltarse, brincar y desbocarse por la alegría que le causa que simplemente pienses un instante en Él...que por solo una fracción de segundo que decidas mirarle, que pienses en Él, ¡aun más! ¡Que decidas hablarle! ¡QUE PERMITAS QUE TE HABLE ÉL!
Imagina ese Corazón, que te regala más amor del que jamás en tus sueños más locos podrías imaginar, aguardando sin cansancio el momento en que tú lo mires mientras Él te mira... el instante en que lo ames mientras Él te ama...
Comentarios
Publicar un comentario