¿Quien puede gloriarse de saber amar?
Definitivamente yo no puedo.
Durante la historia del hombre el amor ha inspirado toda clase de cosas, acciones y pensamientos, filósofos de todos los tiempos han dado vueltas una y otra vez al rededor de ese antiquísimo concepto sin terminar de abarcarlo y entenderlo.
Hay quien dice que el amor no hay que entenderlo, sino que hay que sentirlo... pero, ¿realmente basta con sentirlo? y en ese caso... ¿Cómo saber si lo que sientes es amor? ¿Cómo estar seguro que un sentimiento, que como cualquier otro muta en el tiempo y las circunstancias es aquello a lo que se llama amor?
¿Son los sentimientos son tan importantes como para responder la pregunta que ha vagado sin fin durante la existencia del ser humano? Pues sí, son importantes, esos sentimientos son parte de lo que nos hace humanos, un ser sin emociones ni sentimientos sería más parecido a una maquina o un robot que a un hombre con alma. Sin embargo, no lo son todo.
Los sentimientos son volubles, no permanecen más que por lo que podría compararse con un suspiro y el amor no es así. El amor no se desvanece al primer cambio en el viento, muy por el contrario, lo que más sorprende de este concepto es la continuidad y persistencia que tiene, aun cambiando y mutando constantemente se mantiene perenne.
Y es que el amor no se limita a sentir algo, tiene una pieza sumamente importante en una decisión, así, no solo basta con "sentir" amor hay que "decidir" amar y para tomar una decisión así hay que pensar o en otras palabras, razonar; es decir, no solo se ama con "el corazón" se ama también "con la cabeza"
Más allá de eso, el ser humano no es solo su emoción y su razón, sino que es todo su ser y es todo su ser el que debe amar para dar plenitud a tal intención.
He ahí el quid de la cuestión, NO BASTA con pensar en amor, no basta con sentir algo que podría ser amor, hay que ACTUAR con amor.
Actuar con amor no significa ponerle apodos tiernos a las personas o hacer oídos sordos a los errores ajenos, significa una lucha diaria y personal, diría incluso secreta, para dar un poquito más de uno mismo por aquel a quien se ama.
Ese actuar puede ser de tantas formas como relaciones interpersonales existen y aun muchas más, puede ir desde sonreír a un extraño en la calle, levantarse un poquito más temprano en las mañanas, ser el primero en abrir la puerta o pedir perdón; esos pequeños detalles en los que suelen pasar desapercibidos pero que construyen en silencio un alma más amorosa y más amada.
A veces ese hacer alguito más no resulta simple, ni siquiera resulta complicado, sino que resulta doloroso en sí mismo, y es que el amor esta acompañado siempre de dolor, lo cual, contrario a lo que se pregona por todos lados hoy en día, no es necesariamente malo; a veces uno tendrá que hacer o dejar de hacer algo que realmente quiere o tendrá que aceptar alguna humillación con tal de amar con mayor perfección, con tal de hacer un poquito más feliz (o menos desdichado) a aquel que ama.
Amar es una tarea titánica, una tarea que no es para débiles ni cobardes y definitivamente no puede lograrse sin constancia y, para algunos más fácil de entender que para otros, de una fuente infinita y total de amor que desborda y hace desbordar. Diciéndolo más directamente, no se puede - repito- NO SE PUEDE amar sin gracia, es absolutamente imposible amar total y plenamente sin beber de la fuente del amor, cualquier "amor" que no se alimente de esa fuente no es más de un pálido reflejo de un amor más grande.
Admitamoslo, ¿que persona en su sano juicio preferiría una lampara marchita a la luz del sol del mediodía? la respuesta solo puede ser de dos tipos: aquel que nunca ha visto la luz del sol o aquel que deliberadamente quiere permanecer en la oscuridad... tristemente cada vez de estos últimos hay más.
Amar no es simple, no es práctico, ni se debe tomar a la ligera, es una tarea larga, abrupta y agotadora que tiene como fruto amar mejor - no necesariamente ser amado - pero no existe nada más que pueda realizar tan plenamente al ser humano como ser un ser amante.
Vuelvo a la pregunta inicial...¿Quién puede decir de sí mismo que realmente sabe amar? y mi respuesta sigue siendo la misma: no, yo no puedo, al menos aún no, pero cada día se puede aprender un poquito más
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